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lunes, 8 de septiembre de 2014

Gigante tras Gigante. 1 Crónicas 20.

David en su juventud tuvo que enfrentarse a un gigante a Goliat. En este capítulo 20 podemos ver como David y sus hombres están listos para seguir derribando gigantes de manera continua. V 4 - 8 “Después de esto aconteció que se levantó guerra en Gezer contra los filisteos; y Sibecai husatita  mató a Sipai, de los descendientes de los gigantes; y fueron humillados.  20:5 Volvió a levantarse   guerra contra los filisteos; y Elhanán hijo de Jair mató a Lahmi, hermano de Goliat geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar.
En este mundo debemos estar siempre listos y preparados para todo.
David nunca perdió la costumbre de enfrentarse a sus enemigos en el nombre de Jehová. 1 Samuel 17: 45 “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; más yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.
Un verdadero siervo de Dios siempre confía en que el que pelea por él es Dios. Éxodo 14: 13-14 “Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con  vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.  14:14 Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.
El pueblo de Dios siempre ha recibido ataques de parte del enemigo. Pero siempre tiene la capacidad de recuperarse o regenerase.
Una estrella de mar tiene la capacidad de regenerarse cada vez que pierde una de sus partes. Y algo interesante si a la estrella de mar le cortan uno de sus miembros incluyendo un trozo de su parte central esa parte se puede convertir en una nueva estrella de mar.
Así somos los cristianos que dependemos de Dios cuando el enemigo nos arranca alguno de nuestros miembros como iglesia Dios nos regenera y nos multiplica.
Entre más grande y raro sea el gigante que se levante en nuestra contra más se manifiesta el poder de Dios. V 6 - 8 “Y  volvió a haber guerra en Gat, donde había un  hombre de grande estatura, el cual tenía seis dedos en pies y manos, veinticuatro por todos; y era descendiente de los gigantes.  20:7 Este hombre injurió a Israel, pero lo mató Jonatán, hijo de Simea hermano de David.  20:8 Estos eran descendientes de los gigantes en Gat, los cuales cayeron por  mano de David y de sus siervos.
Un buen equipo de futbol es aquel que sabe que el ganar un partido es importante pero que tiene que seguirse preparando por que el campeonato no se compone de un solo partido.
Los gigantes que se pueden levantar en nuestra vida no necesariamente tienen que ser otras personas o problemas de salud o económicos. Los gigantes más difíciles de vencer están dentro de nosotros mismos. Muchos de ellos son la pereza, el desánimo, los complejos y muchas de nuestras diferentes debilidades. La única forma de vencerlos es a través de mucho esfuerzo y dedicación y lógicamente tomados de la mano de Jesucristo.
Nunca bajes la guardia recuerda que satanás anda como león rugiente. 1 Pedro 5: 8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

No importa a cuantos gigantes tengas que enfrentar nunca te hagas dominar por el miedo. Recuerda que más grande y poderos es nuestro amado Jesucristo. Esfuérzate se valiente enfréntate en el nombre de Jesús de Nazaret y saldrás victorioso.